Artículo publicado en El Informativo del Cateb. Abril 2007
Isfahan no puede dejar indiferente a nadie. Es una ciudad que te transporta a los tiempos lejanos de los cuentos de oriente, y que te hace perder por las callejuertas del basurero con los olores de las especias y los ruidos de las senas de los artesanos. El contraste del negro de algunas mujeres con chador topa con el turista que al fin toma un té en la chaikanne que hay encima del basurero, con el perfume de un narguil que está cerca mientras el canto del mouyaidin llama a la oración. Por las callejuertas de los alrededores de la plaza unas sombras se acercan a la mezquita del Imam para hacer la cuarta plegaria del día.
Isfahan fue concebida para la fruición de sus habitantes: elegante, refinada y monumental, Isfahan nesf-i-jahan.
Arquitecta técnica y divulgadora de Lean y comunicación
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